jueves, 28 de mayo de 2009

cultura tayrona




Tayronas



Los tayronas fueron un grupo indígena que habitó en el territorio del actual departamento colombiano del Magdalena, en la cara norte de la Sierra Nevada de Santa Marta, incluyendo las cuencas de los ríos Guachaca, Don Diego, y Buritaca y la zona baja costera comprendida dentro del Parque Nacional Natural Tayrona. se trata de un grupo de filiación lengua chibcha.[1] Se presume que el nombre de tairona pueda estar relacionado con los términos teyuna, teiruna o tairuna que se han encontrado en varias lenguas de los pueblos indígenas que aún sobreviven en la sierra de Santa Marta, todos ellos de filiación chibchana.[2]








Historia
En 1976 se descubrió la ciudad de Teyuna, fundada por los tayronas en el año 800 y habitada hasta el 1600. Poco más se sabe hasta ahora de su historia. Esta sociedad se encontraba organizada en unidades políticas de varias dimensiones que ejercían control sobre distintos territorios en el macizo montañoso, desde el mar Caribe hasta las cumbres del Gonavindua (Simón Bolívar) y el Aloglue (Cristóbal Colón). Cada población era independiente y estaba dirigida por su propio cacique, con distintas alianzas y enemistades entre ellos.
El el bebe iso de Bastidas]], los españoles intentaron establecer una presencia más fuerte en la zona, dando inicio a la empresa colonial española en esta parte del continente sudamericano. Entre 1525 y 1599, las relaciones entre los pueblos indígenas de la zona (que incluían además de a los tayrona a los guanebucán, los malibúes, los guajiros, los kosina, y los chimila entre otros) y los colonos españoles se caracterizaron por su inestabilidad: intensos periodos de conflicto y guerra en los que se intentaba dominar a los habitantes eran seguidos por años de calma tensa en las que los españoles se veían forzados a establecer relaciones pacíficas con las distintas comunidades.
Durante este tiempo, los tayrona quemaron Santa Marta varias veces, conquistaron el fuerte español de Bonda, establecieron relaciones comerciales con piratas ingleses y franceses, y en general, consiguieron limitar el crecimiento de la colonia española. Entre 1599 y 1600, el gobernador de Santa Marta, Juan Guiral Velón, emprendió una intensa campaña militar para sojuzgar a estas poblaciones. Un intento fallido de alianza entre los distintos poblados dio pie para que el gobernador pudiera capturar a los caciques uno a uno, cortándoles la cabeza y descuartizándolos. Los pobladores que no lograron escapar fueron llevados a los alrededores de Santa Marta y entregados a encomenderos. Los sobrevivientes se internaron en las partes más altas del macizo para escapar a los españoles, y sus descendientes son los Kogis, que han permanecido aislados hasta ahora.






Cerámica
La cerámica Tayrona se ha datado a partir del año 200 a. C. y hasta el 1650, y en la costa colombiana del Caribe hay evidencia de cerámica en de al menos el 2500 a. C. Investigaciones recientes del arqueólogo Alejandro Dever en Chengue, Parque Tayrona, demuestran variaciones significativas para una división cronológica en cinco fases:
Fase 1, del 200 a. C. al 500 d. C. y fase 2 del 500 al 900, ambas formando el periodo Nehuange.[3]
Fases 1, 2 y 3 del llamado periodo Tayrona, desde el 900 al 1650. Estas tres fases se caracterizan por un aumento considerable en la variación, tamaño y el número de formas de las piezas de cerámica, conservando también estilos del periodo Nahuange; tienen diferencias locales significativas.[4] Durante el período Tayrona, aumentan las evidencias de intercambio, al igual que la población de la región entera. Las causas de este aumento de población no se conocen.






Obras públicas
Dentro del territorio tayrona todos los pueblos y ciudades estaban comunicados por una red de caminos de piedra, que se extendía desde las laderas bajas hasta los parajes más alejados de la Sierra Nevada. Sus viviendas tenían forma circular, construidas generalmente sobre terrazas de piedra; no tenían ventanas, los techos eran de palma de montaña. Los muros eran de adobe y piedras pequeñas, y estaban pintados con cal y agua, aunque a veces se hacían de paja en las ciudades más cercanas al agua.
En la construcción de las ciudades primero se hacían las terrazas que proporcionaban los árboles y la madera; luego estas terrazas se usaban para las labores agrícolas y para construir las viviendas. Se hacían canalizaciones para llevar el agua de montaña a las viviendas; Tanto las canalizaciones como las ciudades y las terrazas de cultivo fueron diseñadas de forma tal que evitaba la erosión.
El tamaño de cada vivienda indicaba la importancia del morador. Había también edificios especiales, como almacenes y templos.
Uno de las aldeas más conocidas y de los sitios arqueológicos tayronas se conoce como Ciudad Perdida. Era una ciudad importante, con cerca de 13 hectáreas, y los estudios demográficos recientes sugieren que estaba habitado por entre 1.500 a 2.400 personas que vivían en por lo menos 11.700 metros cuadrados en 184 casas redondas construidas en terrazas pavimentadas con piedra. Hay muchos otros sitios de tamaño similar o mayor.










Orfebrería


Colgante antropomorfo Tayrona, representando un chamán con dos cetros, un gran ornamento nasal y un sombrero alto con dos tucanes. Fabricado con la técnica de la cera perdida con decoración afiligranada falsa, entre el siglo X y el XV.
En el área de la orfebrería los tayronas tenían un papel principal, pues desarrollaron bastante técnicas como:
la cera perdida, que consistía en hacer moldes de barro rodeando una figura de cera, que se derretía después de calentar el empaque de barro. Luego de sacar la cera derretida, el orfebre vertía el oro líquido en el espacio dejado por la figura de cera, posteriormente esperaba a que se solidificara y rompía el molde para sacar la figura deseada.
la tumbaga, una aleación de cobre y oro que permitía ahorrar recursos y derretir más fácilmente el oro.
tratamientos para mejorar la calidad del oro, como calentarlo hasta la oxidación del cobre y luego sumergirlo en agua helada para conseguir una pátina permanente de oro y evitar que la pieza se cuartease. Finalmente el proceso terminaba con el lijado de la pieza hasta que llegara a la perfección.
Se cree que varias de estas técnicas fueron desarrolladas por los muiscas y exportadas al pueblo tayrona. A su vez, a estos también se les considera exportadores de técnicas de orfebrería e hilados: mientras la mayoría de las primeras obras muiscas parecen toscas y mal terminadas (aún cuando la calidad del oro es superior), las tayronas son técnicamente perfectas. La técnica de la cera perdida mejoraba la estética de las obras, por lo que los muiscas prácticamente abandonaron el método del repujado directo, que además de inexacto le restaba vida útil a la pieza (por el riesgo de cuartearse), y que también restringía las obras a láminas, ya que repujar sobre el oro bruto es casi imposible. A su vez, los tayronas, al aprender métodos como la inmersión de la pieza en agua, mejoraron sustancialmente la calidad del material y la belleza del ornamento.

Organización social


Bastón ceremonial de piedra verde del siglo XVI.
La estructura político-administrativa de los Tayrona no está bien conocida, pero las investigaciones han concluido que mezclaba aspectos federales con otros centralistas. Cada ciudad grande (unos 1000 habitantes) generalmente contaba con un cacique, figura más bien administrativa con pocas atribuciones divinas, a diferencia del resto de culturas de la América Prehispánica, que semi-deificaban a los líderes de las tribus o ciudades. El cacique cumplía dentro de los límites de su ciudad funciones ceremoniales, ejecutivas, y judiciales.
La institución más respetada e incluso venerada era la formada por los sacerdotes; a pesar de carecer de autoridad ejecutiva, influían notablemente en las decisiones de los consejos y regían la vida de los habitantes bajo los preceptos de los dioses. Como los españoles creyeron ver en la religión de los tayronas el culto al diablo, los naomas o sacerdotes fueron perseguidos duramente y los templos incendiados.
También había especialistas en distintos oficios, como agricultores, artesanos y mercaderes, que formaban el motor de la economía.
Otro gran grupo de ciudadanos era el de los manicatos o guerreros, que estaban encargados de mantener la paz entre los tayronas y de defenderlos de las posibles agresiones de otras tribus. Se destacaban por su fiereza y ocupaban una posición social elevada.
En último lugar se encontraban los esclavos.
En la época de la conquista, los tayronas tenían diferentes prácticas culturales que otras poblaciones americanas. Las fuentes etnográficas destacan la existencia del divorcio y la aceptación de la homosexualidad, lo que los diferenciaba de su conquistadores católicos. Sin embargo, es posible que las referencias a la homosexualidad sean consecuencia de una interpretación errónea de prácticas religiosas. La religión de los tayrona, y en cierto grado la de los modernos kogui, separa mucho a varones y mujeres en la vida diaria. Las descripciones sobre la homosexualidad de los tayronas probablemente fueron una tentativa del mando católico de suprimir la casa masculina de reunión, que era un lugar permanente de intensa actividad religiosa, a igual que entre sus descendientes koguis. Muchos de los hombres adultos están implicados en rituales que duran días y que consisten a veces sobre todo en deliberaciones, consumo de coca y meditación.
Economía
La economía tayrona, era poco dependiente del comercio, es más, es posible afirmar que era autosuficiente, pues los territorios tayronas comprendían todos los pisos térmicos: zonas al nivel del mar, donde tenían acceso a la pesca, areas templadas y áreas cultivables paramunas, todas profusamente recorridas por ríos de todos los caudales. En lo referido a su alimentación, los tayronas fueron los inventores de los bollos: el maíz producido en la Sierra Nevada era demasiado duro para comer, así que lo amasaban para que fuese más fácil de cocer. La técnica del bollo fue posteriormente mejorada por los zenúes, cuyos territorios eran mejores para el cultivo del maíz, hasta que actualmente se considera que los departamentos de Córdoba y Sucre (Zona de influencia zenú) son los creadores de esta receta. Además de bollos, los tayronas eran consumidores de chicha y arepas en grandes cantidades. Para endulzar las bebidas, usaban la miel, que producían en colmenas hechas por ellos. Entre las frutas, sobresale la producción de guanábanas, piñas, aguacates y guayabas. También cultivaban varios tipos de hortalizas. El consumo de carnes era escaso, usualmente consumían carne de cabra o de roedores en momentos especiales, pero generalmente comían pescado.












cultura caribe


Panches y pijaos
Los panches y pijaos, tribus pertenecientes a la familia de los caribes, fueron los que mayor resistencia presentaron a los conquistadores españoles. Cansad...
Entre los pueblos caribe se destacaron los muzo, los panches, los quimbayas, los chocoes, los pijaos, los motilones y los calima. Se dedicaron a la caza, la pesca, la recolección y el comercio. La agricultura no fue desarrollada a gran escala, aunque cultivaban el maíz, la yuca, el fríjol, la batata y el cacao.
Los caribes practicaron el comercio gracias a que se desplazaban de forma continua de un lugar a otro. Los grupos que habitaron tierras de clima frío elaboraron tejidos de algodón que decoraron con tinturas vegetales. Existe la probabilidad de que los tejidos se utilizaran para el intercambio.
La unidad política era el cacicazgo y la dignidad de cacique era dinástica, es decir, el cacique era elegido por línea matrilineal.
La aristocracia caribe estaba conformada por los caciques, los jefes militares y los sacerdotes, llamados chamanes. Los demás estamentos de la tribu estaban constituidos por los agricultores, artesanos, comerciantes y prisioneros de guerra.
El gobierno del cacique era despótico y su familia jugaba un papel importante en la administración.



En la cultura caribe, la familia era considerada la base de la estructura social. Los matrimonios se realizaban de forma exogámica, es decir, entre miembros de distintos clanes, y a los hombres les estaba permitida la poligamia.Los niños eran educados de acuerdo con las actividades que realizaban sus padres, y de esta forma, se perpetuaba la rígida estructura social de su cultura

cultura wayuu


Cultura
El sistema de representación de este pueblo integra una serie de deidades importantes en su universo mítico. La figura central es Maleiwa, dios creador de los Wayú y fundador de la sociedad. También están Pulowi y Juyá, esposos asociados a la generación de la vida. Pulowi, la mujer, se asocia a la sequía y los vientos, y algunos lugares que habita. Juyá, su esposo, es un errante que caza y mata. Wanülü representa el mal de la enfermedad o la muerte.
Entre los Wayú, el nacimiento de un niño ocurre en la casa, asistido por la madre de la mujer o una pariente próxima. Mientras la supervivencia del niño no sea segura, los miembros de su familia se alimentan con una dieta estrictamente reducida.
¨ No se destaca la pubertad en los varones, pero las niñas están sometidas a un severo rito de paso. Cuando la muchacha empieza a menstruar, es sometida a un período de reclusión, al término del cual se ha convertido en mujer equipada para casarse. Durante el inicio de esta

reclusión, la joven es completa o parcialmente rapada y luego instalada en una hamaca colgada cerca del techo de la casa. Durante los días siguientes es cuidada con alimentos vegetales especiales, llamados jaguapi, y observa una dieta rigurosa. En ese tiempo la bañan con frecuencia y la instruyen en las tareas femeninas, tejido, hilado, le imparten conocimientos sobre los procesos tradicionales de control natal, embarazo y quizás algunas técnicas eróticas.
Los Wayú, no concluyen el ciclo de vida con la muerte, ya que la gente continúa relacionada con los huesos del difunto. Los entierros son acontecimientos importantes en los que los parientes del muerto actúan determinada manera. Esta relación con los muertos tiene su contrapartida en su sentido de pertenencia e identidad, en su noción misma del territorio, pues como lo afirma Rosario Epieyú, ¨ los wayuú son de donde son sus muertos ". Los entierros se hacen en dos etapas: primero se sepulta el cadáver con algunas pertenencias y luego, dos años después, se hace una exhumación del cuerpo, se incinera y se sepulta nuevamente en el cementerio clánico, dentro de ollas de barro o tumbas de cemento.




lengua

Lengua La familia lingüística de la lengua Wayuú es la Arawak. Esta lengua presenta algunas diferencias dialectales dependiendo de la zona de habitación (alta, media o baja Guajira), pero son mínimas. Un buen número de Wayú, sobre todo los jóvenes entiende el español y lo habla con holgura, pero su lengua materna sigue representando para ellos un factor importante de identidad étnica y cultural





Ubicación Geográfica
El pueblo Wayú habita la árida península de la Guajira al norte de Colombia y noroeste de Venezuela, sobre el mar Caribe. Es una región con un clima cálido, seco e inhóspito, bañada por los ríos Ranchería (Colombia) y El Limón (Venezuela). Presenta unas estaciones climáticas marcadas por una primera temporada de lluvias, denominada Juyapu, que se desarrolla durante los meses de septiembre a diciembre, seguida de una época de sequía, conocida como Jemial, que va desde diciembre hasta abril. Posteriormente, viene la segunda temporada de lluvias, llamada Iwa, para rematar con una larga temporada de sequía que va desde mayo a septiembre.



vivienda

VivienUn asentamiento tradicional wayuú está formado por cinco o seis casas, que conforman caseríos o rancherías. Cada ranchería tiene un nombre, que puede ser de una planta, un animal o un sitio geográfico. A un territorio que comprende varias rancherías se le designa con el apellido transmitido por línea materna: por ejemplo, la tierra de Los Uriana.Los Wayú no se agrupan en pueblos y las rancherías se encuentran lejos unas de las otras, para poder manejar más fácilmente los rebaños.
La vivienda típica es una pequeña casa (piichi o miichi), generalmente dividida en dos cuartos, donde se cuelgan hamacas para dormir, mochilas de algodón tejido que guardan sus pertenencias y, en el suelo y al pie de las paredes, se encuentran las vasijas de barro donde se guarda el agua. Las viviendas son rectangulares, a veces semicirculares. Los tejados están construidos en yotojoro, corazón seco del cactus. Las paredes son de bahareque o argamasa (yyotojoro). Actualmente se ha incrementado la construcción de casas con tejado de zinc y ha variado la apariencia de las viviendas con el uso del cemento y otros materiales.
¨ Cerca de la casa principal se encuentra la enramada, llamada luma, que consiste en un tejado con techo plano que reposa sobre seis postes. La enramada es un sitio importante; allí se desarrollan las actividades del día y también es el lugar donde son atendidos los visitantes, donde se transan los negocios y donde los parientes cuelgan las hamacas para hacer la siesta durante el día.¨ (Vergara, 1987).




poblacion

Según los censos realizados, la población Wayuú está constituida por 144.003 personas que representan el 20.5% de la población indígena nacional (DNP-INCORA, 1997), y constituyen el 48 % de la población de la Península de la Guajira. Ocupan un área de 1.080.336 hectáreas localizadas en el resguardo de la Alta y Media Guajira y ocho resguardos más ubicados en el sur del departamento y la reserva de Carraipía.
Los Wayú no se distribuyen de manera uniforme en su territorio tradicional. La densidad de población en los alrededores de Nazareth, por ejemplo, es mayor que en las otras áreas de la península. Otras zonas de alta densidad de población guajira están ubicadas en los alrededores de Uribia, la Serranía de Jala'ala y en las sabanas de Wopu'müin, en los municipios de Maicao y Manaure.
La distribución demográfica de los Wayú en la península está íntimamente relacionada con los cambios estacionales; durante la estación seca muchos Wayú buscan trabajo en Maracaibo o en otras ciudades o pueblos, pero cuando llegan las lluvias un gran número de ellos retorna a sus casas.
Los Wayú se refieren así mismos simplemente como wayú. Usan el término Kusina para denominar a otros grupos indígenas y el término Alijuna para designar al blanco y, más generalmente, a toda persona que no sea Wayú. Los indígenas rechazan la interpretación de Wayú como indio. Prefieren traducir Wayú por persona o gente, mientras traducen Alijuna como "civilizado" y Kusina como indio.¨ (Vergara, 1987).







Organización Socio-política
Los Wayúu tienen su propia forma de organización social que es el clan matrilineal, endogámico, en donde los parientes se identifican por la línea materna. Los residentes de un asentamiento son agrupaciones de parientes uterinos que constituyen el núcleo del caserío. Cada clan, además, está asociado a un animal totémico, es decir, cada familia tiene un origen mitológico según el cual cada grupo está representado por un animal como el tigre, la avispa, etc. Entre sus principales clanes o troncos familiares se destacan: los Epieyú, Uriana, Ipuana, Pushaina, Epinayú, Jusayú, Arpushana, Jarariyú, Woriyú, Urariyú, Sapuana, Jinnu, Sijona, Pausayú, Ucharayú, Uriyú, Warpushana, Worworiyú, Pipishana, Toctouyú. ¨ Algunos clanes son considerados pobres, otros como afortunados o políticamente influyentes; pertenecer a uno u otro clan define el principio de identidad social y el estatus del individuo.¨ (Vergara, 1987).
Su dinámica de poblamiento es dispersa matrilocal y se caracteriza por asentamientos basados en la Ranchería o Piichipala. Las rancherías están formadas por varios ranchos de una planta, un corral, huertas, un cementerio, que se comparten de manera colectiva; algunas tienen un molino para bombear agua o jagueyes (pozos artificiales) y casimbas (presas en los lechos de los ríos) para almacenar el agua, debido a la escasez de lluvias que caracteriza esta zona semi desértica. No existen en los caseríos iglesias, puestos de salud u oficinas de gobierno o escuelas. Allí pasan la vida de manera semi-sedentaria, pues sus familias se trasladan constantemente por todo el territorio de acuerdo con las estaciones climáticas y las oportunidades de trabajo y subsistencia. De esta manera, en la época de verano emigran a territorio venezolano en busca de trabajo, mientras que vuelven a sus rancherías en época de invierno. El sistema de parentesco es clasificatorio de tipo crow, donde los primos cruzados matrilineales se diferencian de los primos cruzados patrilineales, y los primos paralelos de ambos lados pertenecen al mismo grupo y reciben la misma denominación. La madre, el padre y los hijos conforman el núcleo del sistema Wayú de parentesco, donde los hermanos son los únicos parientes por tener la misma sangre y la misma carne. Los individuos que comparten este vínculo genealógico por la carne son apüshi, son parientes uterinos. Con el padre y sus hermanos se comparte la misma sangre, mas no la carne, y se designan como oupayu, que corresponde a la categoría de los parientes uterinos del padre.